Farolillo Chino-Physalis Alkekengi

 

Esta planta herbácea es originaria de Japón y China. Sus hojas triangulares son verdes, opuestas, rugosas y de bordes ondulados. Sus tallos son muy delgados y poco ramificados, necesitan soporte para mantenerse erguidos. Esta planta mide de cuarenta a un metro treinta de altura. Crece de forma natural en los lugares de origen. Es una planta muy decorativa y original, su belleza radica en el contraste entre sus hojas verdes, sus flores blancas y las  «cápsulas» acorazonadas naranjas en diferentes intensidades que cubren sus frutos.

 

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Florece de junio a final de verano. Sus flores son solitarias, parecidas a las de las campanulas, son blancas, el cáliz de la flor se transforma en una pequeña cápsula blanca que torna a verde, en forma de corazón. Estas cápsulas cuelgan de las axilas de las hojas, cambian de color a medida que van madurando, a naranja pálido, color que se torna cada vez más vivo, hasta parecer casi rojo en su madurez.

 

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En el interior de estas capsulas se encuentra el fruto, una baya globosa, redondeada, de color rojo cuando está maduro, en su interior se encuentran las semillas muy pequeñas y numerosas de color amarillo. Los frutos permanecen en la planta durante el invierno.

 

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En algunos climas si no son muy extremos se comporta como planta perenne, en otros más extremos hay que replantar de nuevo, puesto que no soporta temperaturas extremas. Puede resistir las heladas suaves, pero prefiere climas con temperaturas suaves, pero cálidas y ambiente húmedo y fresco. Los veranos deben ser largos para poder madurar sus frutos. Podemos encontrarla en altitudes muy escasas y hasta de ochocientos metros.

 

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Puede crecer al sol o en semisombra, en su lugar de origen crece bajo árboles caducos. En climas con veranos muy calurosos es mejor situarla en semisombra para protegerla de los rayos del sol, en climas con veranos más suaves sin temperaturas tan altas la situaremos directamente en emplazamientos soleados.

 

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La tierra de cultivo debe estar bien drenada, puede ser calcárea y algo arenosa. Debemos abonar la tierra con materia orgánica, estiércol, humus, al finalizar el invierno. En primavera y verano la abonaremos con abono mineral. También es muy importante añadir algún material drenante como arena de río, o grava volcánica diminuta, para evitar encharcamientos en la tierra que serían muy perjudiciales para esta planta. Si la cultivamos en macetas colocaremos una capa de piedras o bolas de arcilla en su base para facilitar el drenaje.

 

 

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El riego debe ser moderado, en climas con mucha humedad, para prevenir los ataques fúngicos y la pudrición de los rizomas. Sin embargo en climas calurosos y secos, deberemos regarla más a menudo, para proporcionar a la planta la humedad necesaria. Si la cultivamos en maceta, podemos colocarla sobre un lecho de bolas de arcilla mojadas, así cuando el agua se evapore, proporcionará humedad ambiental a la planta.

 

 

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Se reproducen fácilmente por semillas,  se siembran al final del invierno en un lugar protegido. Sembrar en enero, febrero, en semillero y mantenerlos a temperaturas entre quince y veinticinco grados, en un lugar luminoso. Si las condiciones son favorables las semillas germinan entre doce y veinticinco días. En marzo o abril podemos situarlas en exterior y trasplantarlas a su lugar definitivo cuando las plantas tengan seis o siete centímetros de altura.

 

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También podemos conseguir nuevos ejemplares por división de mata, separando de la planta madre algunos de sus rizomas con sus tallos, y trasplantarlos a macetas con nuevo sustrato. No dejar secar el sustrato hasta que estén bien asentados en su nuevo emplazamiento. Podemos propagar por esquejes en primavera. Cortaremos tallos de unos quince centímetros, les quitaremos casi todas las hojas, excepto algunas de su extremo superior, los colocaremos en macetas con tierra nueva y los mantendremos húmedos hasta que desarrollen raíces, iremos distanciando los riegos poco a poco.

 

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Es conveniente podar un poco la planta en otoño. No suele verse atacada por plagas. Su principal enemigo es el exceso de agua que puede pudrir sus rizomas, dañar a la planta y provocar ataques de hongos, en este caso podemos tratar con cobre, rociando o pulverizando la planta con una disolución como aconsejan las indicaciones del fabricante. PLANTA CON DIFICULTAD BAJA.

 

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