Cala color-Zantedeschia
Las Calas de color, conocidos como lirios de agua, son plantas originarias de África, crecen en zonas húmedas cercanas a ríos o lagos. Sus hojas de tallo carnoso y redondeado, crecen directamente del tubérculo, son alargadas terminadas en punta, algunas variedades presentan dibujos mas claros en las hojas, en otras las hojas presentan zonas traslucidas en forma de dibujos.
Hay muchas variedades como la Zantedeschia Elliottiana de flores amarillas y una altura entre setenta y noventa centimertros, la Zantedeschia Albomaculata de flores blancas y centro generalmente rojo, de altura algo menor, la Zantedesschia Schwarzwalder de flores casi negras, y la Zantedeschia Rehmannii de flores de color rosa y de alrededor treinta centímetros de altura.
Ademas, con distintos cruces entre distintas variedades, se han conseguido nuevos híbridos en distintos tonos y colores, como, color crema, de color amarillo anaranjado, color amarillo brillante o naranja rojizo. Lo que llamamos flores en realidad son hojas modificadas, brácteas, que se enrollan envolviendo las diminutas flores que se encuentran en su interior. Las Calas son muy populares como flor cortada, siendo utilizadas para la confección de ramos y centros florales.
Sus flores son muy bonitas y decorativas, tienen forma de embudo acabado de forma alargada. Pueden ser de distintos colores amarillas, negras, blancas, rosas o granates, en realidad las pequeñas flores están en su interior y los embudo de distintos colores que las recubren son brácteas. El tamaño de estas brácteas que comúnmente llamamos flor, es menor que el de la cala tradicional, pero suele tener mayor numero de flores.
Son plantas muy bonitas y fáciles de cultivar, podemos cultivarlas en interior luminoso y en exterior en situaciones de sombra parcial, si las cultivamos en climas con veranos muy calurosos necesitaran estar protegidas del sol en las horas de máximo calor, en climas con veranos suaves admite emplazamientos mas soleados. Admite emplazamientos sombríos pero muy luminosos, si no apenas florecera.
Prefieren un suelo rico y húmedo, rico en turba, con un buen drenaje, el exceso de humedad perjudica seriamente a la planta, hace que sus hojas amarilleen y que su tubérculo sufra. Hay que regar a menudo para mantener la tierra algo húmeda con temperaturas altas, pero no en exceso, hay que evitar los encharcamientos.
Dejar que el exceso de agua fluya libremente, no colocar platos bajo ellas si las cultivamos en macetas. En interior colocar pequeñas piedras o bolas de arcilla en la base del cubre macetas, o en el plato, para evitar que el exceso de agua de riego quede en contacto con la base de la maceta. Regar moderadamente a medida que las temperaturas bajen.
En invierno si hace frió, suele perder la mayoría de sus hojas. Si la cultivamos en inviernos con temperaturas muy bajas tendremos que proteger las plantas o guardar los tubérculos a salvo del frió. Si hace mucho calor las plantas sufren, habrá que colocarlas en lugares lo mas fresco y resguardados posibles.
Las Calas necesitan estar nutridas para crecer y florecer correctamente, es aconsejable aplicar abonos líquidos minerales disueltos en el agua de riego, una o dos veces al mes en época de crecimiento vegetativo, en primavera mejor utilizar uno especial para plantas de flor para favorecer la floración.
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Al final de invierno o principios de primavera, cuando inicia el brote de hojas nuevas, podemos añadir al terreno de plantación un poco de materia orgánica, como humus o guano para enriquecer la tierra. Las Calas son propensas a pudriciones y ataques fungicos, casi siempre debido a acumulación excesiva de agua en el sustrato y encharcamientos, es muy importante regar con moderacion y permitir que el agua sobrante del riego pueda salir fácilmente.
Hay que vigilar los tubérculos para prevenir que los que estén afectados por hongos y pudriciones no contagien al resto de plantas, habrá que desechar los tubérculos enfermos y remplazar la tierra que estaba en contacto con ellos, ya que estara infectada.