Iris de Holanda-Iris Hollandica

 

Iris Holandica es una planta bulbosa pertenece a la familia Liridaceae. Los Iris son plantas bulbosas herbáceas muy populares como plantas de jardin y como flor cortada, actualmente existen muchos cultivares. Las plantas pueden alcanzar alturas entre cuarenta y sesenta centímetros. Los bulbos se siembran en otoño entre septiembre y diciembre, dependiendo del mes en que las sembramos pueden florecer desde final de invierno, primavera a principios de verano. Son plantas fáciles de cultivar.

 

 

 

Presenta hojas delgadas y largas de color verde, que nacen directamente desde el suelo. Las hojas nacen directamente desde el bulbo subterráneo, empiezan a desarrollarse en invierno y es en primavera cuando llegan a todo su esplendor, generando los tallos florales, estos son gruesos y carnosos de crecimiento erecto.

 

 

 

Florece en primavera, entre marzo y junio. las flores son simétricas muy originales, de colores variados, blancos, amarillos, azules y lilas. Estas plantas son muy populares, una de las variedades mas populares son las que presentan flores de color azul- liliáceo, sus pétalos tienen manchas de color amarillo centrales, son especialmente decorativas y populares, también hay variedades con flores blancas. Podemos utilizarlas como flor cortada para la confección de ramos o en solitario.

 

 

 

Prefieren una situación soleada o suavemente sombreada, con alta luminosidad. Necesita suelos ricos en materia orgánica, húmedos y bien drenados. Podemos cultivarlos directamente en el suelo del jardin, o en macetas o jardineras para decorar terrazas y balcones. Hay que sembrar los bulbos en otoño, a unos diez centímetros de profundidad, dejar al menos unos seis centímetros de distancia entre los bulbos. Especialmente indicada para sembrar en grupos.

 

 

 

Preparar el terreno previamente a la plantación, incorporar grava fina o arena gruesa al hueco donde queramos sembrar los bulbos, colocar una buena capa de sustrato rico en nutrientes, colocarlos y cubrirlos con otra buena capa de tierra. Debemos plantarlos a cierta profundidad para que cuando broten y crezcan queden bien sujetos y las plantas no se inclinen con el viento.

 

 

 

Si los cultivamos en macetas, es mejor utilizar macetas profundas, colocar una capa de grava fina o piedras volcánicas en el fondo de la maceta, de este modo aseguraremos un perfecto drenaje. No colocar platos bajo la base de la maceta para que el agua no quede estancada y evitar pudriciones.

 

 

Regar regularmente el sustrato de plantación, especialmente en primavera cuando la planta esta en pleno desarrollo y floración. Durante el otoño e invierno proporcionar a los ejemplares riegos suave,s manteniendo el sustrato ligeramente húmedo. Las plantas cultivadas directamente en el jardin necesitan menos riegos, ya que la tierra mantiene mas la humedad. Tener especial cuidado con el exceso de riego puesto que los bulbos son muy sensibles a el.

 

 

 

Es recomendable aplicar algún tipo de «mulching» durante el invierno si los cultivamos en zonas con invierno de temperaturas bajas. Cubrir la tierra donde están sembrados los bulbos con una capa de algunos centímetros de grosor, utilizar fibra de coco, sustrato rico en turba, u hojas secas, para protegerlos del frió intenso

 

 

Después de la floración las hojas cambian de color, el color verde intenso de sus hojas va amarilleando. Cortar las hojas cuando se hayan secado totalmente, no arrancarlas, es mejor cortarlas cerca de la tierra, para no arrastrar los bulbos que están unidos a las hojas secas.

 

 

 

Se reproduce por división, separando los pequeños bulbos que crecen alrededor del bulbo principal. Colocarlos en macetas con sustrato rico en nutrientes, que contenga arena gruesa para facilitar el drenaje. Necesitaran unos años para engordar y transformarse en plantas adultas capaces de florecer.

 

 

 

 

Los Iris son plantas muy resistentes, no suelen tener problemas de plagas o enfermedades. Su principal enemigo es el exceso de agua en el sustrato de plantación. El riego o la lluvia excesiva, pueden provocar retenciones de agua en el sustrato que pueden favorecer la pudrición de los bulbos. Es esencial proporcionarles un drenaje excelente. DIFICULTAD BAJA.

 

 

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