Paso de la barca de Miravet
Cerca del bonito pueblo de Miravet, existe uno de los pocos» pasos de barca» que existen en la actualidad, para poder cruzar el río Ebro. Este río es el que tiene más diferencias de caudal a lo largo del año, por lo que el miedo a las riadas hizo que no se construyeran muchos puentes sobre el, ya desde la época romana. En la actualidad hay dieciséis.
Antes los «pasos de barca» eran muy comunes, para poder cruzar el río de un lado a otro, muchos pueblos tenían uno. El camino desde el pueblo de Miravet hasta el «paso de barca» es un paseo agradable lleno de rincones encantadores.
Desde el camino podemos disfrutar de bellas panorámicas del pueblo y del castillo que se alza sobre el. La iglesia, las antiguas casas sobre el río y la vegetación, hacen el paseo especial.
A medida que nos alejamos del pueblo las vistan cambian, pudiendo apreciar distintas perspectivas, del castillo y el pueblo, los arboles y arbustos completan la escena.
El camino nos ofrece bellas vistas del río. Los arboles y arbustos nos acompañan. Hay grandes higueras en la ribera del río que proporcionan sombra.
Algun ejemplar de higuera muy grande con troco y ramas gruesas y retorcidas.
Entre las hojas de higuera se filtra la luz, podemos ver zonas del río y en el fondo en la otra orilla, preciosos arboles con colores otoñales.
El agua y las hojas verde oscuro de las higueras crean bonitos contrastes. Los pájaros felices revolotean constantemente en este pequeño paraíso, donde disponen de agua alimento y protección, y maravillosos arboles donde anidar.
Un grupo mayor de higueras nos dan sombra, y proporcionan cobijo y alimento para muchos pájaros y pequeños animales e insectos.
En algunos rincones podemos encontrar grandes arboles y arbustos de laurel, y un precioso grupo de granados, con sus hojas doradas en otoño, y algún fruto maduro que aun permanece en el árbol.
Algunos arboles son muy grandes, como algún ejemplar de eucaliptos, que parece estar sembrado en el mismo sitio desde hace mucho tiempo, con bellos y gruesos troncos desconchados.
A lo largo del camino que une el pueblo con el paso de barca encontramos campos llenos de frutales, cerezos, manzanos y algunos cítricos llenos de fruta, como naranjos y mandarinos.
En primavera el camino resulta especialmente agradable, con el maravilloso olor de azahar que desprenden las flores de los naranjos y mandarinos.
En otoño las naranjas y mandarinas decoran los arboles de cítricos, junto a las paredes de piedras amontonadas, aportando color y belleza al camino.
A un lado del camino, los restos llenos de musgo de una antigua acequia elevada, nos acompañan, probablemente, utilizada en viejos tiempos para regar los campos.
Al final del camino encontramos el pequeño muelle con una pequeña construcción donde se refugia el barquero. El paisaje es muy bonito, especialmente en otoño, cuando las hojas de los arboles de hoja caduca cambian de color.
Podemos apreciar tonos cobrizos, amarillos, verdes en sus diferentes tonos y rojizos. Los reflejos en el agua del río y sus suaves movimientos, hacen que el lugar sea especialmente bello, lleno de paz y tranquilidad.
Este transbordador fluvial es original, de madera y sin motor, es el único de este tipo que continua funcionando en todo el río Ebro. Esta formado por dos embarcaciones de madera típicas catalanas llamadas «llaguts». Los llaguts están unidos entre si por una estructura de madera lo que le permite poder transportar vehículos.
Esta barca funciona sin motor como hacia siglos atrás. Se ahorra un considerable camino, si utilizamos la barca para cruzar de una orilla a otra, desde Miravet hasta Eix del Ebre la carretera C 12.
Puede transportar hasta tres vehículos y personas a ambos lados del río hasta cinco toneladas de peso en total. La embarcación se mueve utilizando la fuerza de la corriente y dos timones, para poder dirigirla.
Se tarda un rato en cruzar, ya que el barquero debe tener una gran destreza manejando los dos timones, y depende también de la fuerza que lleve la corriente del agua.
Esta en funcionamiento todo el año, con frió y calor. Hay personal que la mantiene durante todo el año, para garantizar su buen funcionamiento y protegerla de las riadas.
Los días de mucho viento no puede funcionar a contracorriente, al carecer de motor, necesita utilizar la fuerza del agua para su desplazamiento. Si hace muy mal tiempo, llueve mucho, graniza o el caudal de agua esta muy elevado la barca no cruza, utilizan una bandera roja para indicarlo..
Es una pequeña aventura, sobretodo para los niños, poder cruzar el rió, en este transbordador fluvial como lo hacían antiguamente.
Podemos llegar al precioso pueblo de Miravet desde el sur, o desde él, cruzar hacia el sur llegando a la carretera que va de Mora d.Ebre a Tortosa. Continuando el paseo en cualquier dirección.
Todo el paseo es encantador, las vistas al pueblo y al castillo, las higueras y eucaliptos, los campos con frutales, el maravilloso colorido de los arboles y el viaje en barca.
Realmente hermosas y encantadoras vistas que producen en nuestro ser una admiración profunda por las bellezas naturales.