Panelopsis-Phalaenopsis
Las orquídeas Phalaenopsis son muy populares como plantas de interior son muy apreciadas por la belleza y delicadeza de sus flores. Estas orquídeas son originarias de zonas boscosas cálidas y húmedas del Sureste Asiático, de Indonesia, Filipinas, Taiwán y de las montañas del Himalaya.
En sus países de origen crecen en los arboles, son plantas epifitas, no están sembradas en tierra, sus largas raíces aéreas adsorben la humedad ambiental y la lluvia, como los arboles las protegen, están acostumbradas a una buena iluminación, pero sin sol directo. En interior procuraremos imitar esta situación luminosa. Le gusta recibir la luz también sobre las raíces, por eso se recomiendan maceteros transparentes.
Estas orquídeas tienen hojas alargadas, verdes y carnosas, sus raíces son largas y blanquecinas, tornan a verde cuando adsorben el agua de riego. Sus flores se desarrollan en tallos florales que surgen por encima de sus hojas, en su cultivo en interior necesita pequeños tutores para sujetarlas, las flores en forma de mariposa pueden ser de colores muy diversos, blancas, rosas, rojas, incluso azules, pero estas están tratadas, y las floraciones posteriores suelen ser de color blanco.
Hay muchos híbridos con colores y combinaciones de colores muy originales. En cada vara floral pueden crecer distinto numero de flores, estas van abriéndose y madurando poco a poco, las del extremo de las varas son las ultimas en madurar. La floración puede durar varios meses.
Cultivada como planta de interior, necesita un sustrato suelto con un excelente drenaje, este suele contener corteza de pino, y algo de fibra de coco o turba, utilizaremos compuestos formulados especialmente para las orquídeas, que intentan imitar las condiciones de origen. Podemos colocarlas en grupos, o sobre bolas de arcilla humedecidas, para proporcionarles más humedad ambiental.
Hay que regar regularmente, suele ser suficiente sumergir la maceta durante diez minutos cada ocho o diez días, así las raíces adsorben suficiente agua para hidratar a la planta, debemos dejar escurrir bien el sustrato, antes de colocar de nuevo en su lugar habitual. En uno de cada dos riegos, añadiremos abono especial para orquídeas para nutrirlas, y favorecer la floración.
Es mejor dejar secar antes de regar de nuevo, asegurarnos que no quedan restos del agua de riego, en contacto con la base de la maceta, ya que podrían ocasionar daños y pudriciones. Utilizaremos preferentemente agua de lluvia o embotellada, a temperatura ambiente, no le gusta la cal ni el agua fría, ni demasiado caliente. Si utilizamos agua del grifo dejar reposar veinticuatro horas, para que el cloro se evapore.
Con temperaturas cálidas o altas, podemos pulverizar las hojas y raíces, procurando no mojar el centro de la planta, ni las flores, ya que se manchan y estropean fácilmente. Es aconsejable regar y pulverizar por la mañana, así al atardecer la planta ya estará seca, hay que evitar que este muy húmeda durante la noche para prevenir pudriciones.
Cuando las flores se secan, se recomiende cortar la vara por encima de alguna yema lateral, con el tiempo suelen aparecer otras varas laterales que nos darán nuevamente flores. La misma orquídea puede llegar a florecer varias veces al año. Algunas veces, en alguna de sus yemas, aparece un «Keiki» que es el nombre que se le designa a un hijuelo en Hawai, son como pequeñas plantas de orquídea que desarrollan raíces propias.
Cuando tienen tres hojas y algunas raíces bien desarrolladas, podemos trasplantar en macetas individuales, así conseguiremos nuevas orquídeas iguales a la planta madre. Hay que cortar un trozo de vara inferior y superior y enterrarla en el sustrato de orquídeas, nunca arrancar el hijuelo siempre cortar para no dañar el «keiki» ni la vara de la orquídea madre.
Hay que tener especial cuidado con el exceso de agua que provoca pudriciones y ataques de hongos, cuando hace mucho calor puede ser atacada por la cochinilla algodonosa, habrá que tratar inmediatamente con un producto eficaz anticochinillas. DIFICULTAD BAJA.